Programa de Apoyo a la Unidad Convivencial

Programa de Apoyo a la Unidad Convivencial: Prestación de Atención a la Familia, Menores y Jóvenes

Conjunto de actuaciones profesionales que tienen por objeto proporcionar refuerzo a las personas y unidades familiares y/o de convivencia para que mejoren o restablezcan el desempeño de sus funciones de protección y socialización y ofrezcan un marco adecuado para la convivencia. Se lleva a cabo a través de acciones preventivas, promocionales y/o socioeducativas, tratando de incrementar sus competencias y capacidades para resolver sus dificultades en los ámbitos personal y relacional.

Esta prestación se ofrecerá a aquellas personas, familias o unidades de convivencia que tengan dificultades para atender sus necesidades básicas de manutención, protección, cuidado, afecto y seguridad de sus miembros.

Para ello se proporcionará desde los Servicios Sociales, a través del equipo de profesionales, los refuerzos necesarios preventivos y profesionales de tipo educativo, de acompañamiento social, terapéuticos o, en su caso, económico, de acuerdo con los requisitos que se establezcan en cada caso para que la persona o unidades familiares puedan atender adecuadamente a sus miembros. Se busca potenciar las competencias y capacidades tanto de las personas que tienen la responsabilidad de atención de la unidad familiar de la que forman parte, como del resto de miembros, para que todos ellos contribuyan de forma activa a que la unidad familiar sea el medio que permita que los individuos puedan desenvolverse con autonomía en el entorno comunitario.

Toda persona, familiar o unidad de convivencia tendrá garantizado el apoyo técnico en esta prestación de forma gratuita, cuando haya sido valorada por el profesional de referencia, a través de la prestación de estudio, valoración y acompañamiento, conjuntamente con el equipo de servicios sociales, adscrito a esta prestación.

Con la prestación de Atención a la Familia perseguimos:

  • Prevenir disfuncionalidades familiares que supongan insatisfacción de las necesidades básicas de sus miembros y/o incumplimiento de las funciones de protección, educación y socialización, fundamentalmente si algún miembro es menor.
  • Reducir los factores de estrés que pueden influir negativamente en la dinámica familiar (muy especialmente cuando alguno o algunos de los miembros de la familia son menores), y reforzar su capacidad de afrontar eficazmente los problemas.
  • Fomentar la autonomía familiar y personal de cada uno de los miembros, así como reforzar su capacidad para superar positivamente las crisis vitales a las que han de enfrentarse.
  • Mejorar las relaciones intrafamiliares: parentales, fraternales y paterno-filiales, así como de la unidad familiar con el entorno fomentando y reforzando las redes de apoyo sociales.